domingo, 21 de octubre de 2007

Democracia Universitaria, hacia la generación de una apropiación de los espacios.


Joaquín Bustamante Monsalves
Pedagogía en Educación General Básica, Campus San Fernando.

La necesidad de (auto)generar espacios de participación efectivamente democráticos al interior de nuestra “alma mater” se hace cada día mas necesario y, a mi juicio, imprescindible. Como ex dirigente estudiantil en mi ex Universidad, percibo desde esa responsabilidad que siempre es importante el ahondar en las posibilidades de diálogo y gestión para el beneficio común de los estudiantes. Sin embargo, esta participación debe tener sus atenuantes y condiciones que permitan generar efectivos cambios en el quehacer cotidiano en nuestra Universidad.

Desde mi más profunda ignorancia –ya que desconozco si nuestra Universidad en su totalidad o en sus partes apoya y promueve la generación de organizaciones estudiantiles, como asimismo la existencia de éstas–, y desde lo que aprecio cotidianamente en el Campus San Fernando, actualmente la Universidad es tan sólo una prolongación del Liceo, vale decir, tan sólo un lugar en donde se va a clases y donde existen pocas oportunidades de hacer una real vida de educación superior; eso por un lado, y por otro (lo que es la idea fuerza de estas líneas) percibo que la participación en términos “políticos” (llámese centros de alumnos o federación) es aún menor. La pregunta que los lectores se harán es ¿y para qué estos organismos?

La respuesta a mi juicio es simple, tiene que ver con la función de venir a ser estudiantes de una institución cuyo nombre representa el conocimiento universal; como estudiantes nuestro deber es fundamentalmente formarnos para ser profesionales responsables socialmente, y eso evidentemente se logra en parte asistiendo a clases y aprobando las cátedras correspondientes, pero también se logra complementando nuestro quehacer cotidiano con otras actividades, sean éstas deportivas, culturales, como también políticas. Bien sabido es que nuestra formación cívica a nivel de país es bastante pobre, generaciones como las nuestras a lo mucho sabemos que existe una constitución política del estado, y que se hacen elecciones, pero, realmente, ¿qué es la participación en la Universidad?

Participación por un lado es la posibilidad de apropiarse de los espacios físicos que existen en nuestros campus, esto se puede hacer desde una simple tocata hasta la generación de foros temáticos, el abanico para esto es muy amplio. No obstante, el decirlo y hacerlo son cosas muy distintas, es por esto que la importancia de la Organización de los estudiantes es tan vital, y vinculo esta necesidad nuestra de organizarnos para una participación dado que ésta consiste en los derechos y las responsabilidades que cada uno de nosotros tiene en el interior de la comunidad. La participación va unida al sentido de comunidad. No hay comunidad sin participación. Negar la participación es negar la existencia de la comunidad, y negar la existencia de la comunidad es negar la existencia de la propia universidad.

Nosotros somos parte importante de la Universidad, tanto o más que los metros cuadrados construidos, los académicos o funcionarios (que por cierto, son importantísimos), pero raya a obvio: sin estudiantes no existe Universidad, sin nosotros la casa de estudios (y cualquiera que ésta sea) no tendría sentido de existir, es por esto que rescato nuevamente el concepto de Alma Mater, a raíz de este concepto, recuerdo una conversación que tuve hace algunos años en mi antigua casa de estudios con un compañero de federación de estudiantes: éste me señalaba que había que tratar, desde el organismo máximo de nosotros, de instalar en el inconsciente colectivo la idea de que la Universidad es nuestra “segunda casa”, y poner el máximo de empeño en esa misión desde nuestra ubicación como dirigentes y estudiantes comprometidos con nuestra formación para con el desarrollo de nuestro país. Esa conversación, desde ese día, me ha hecho sentido, el lograr que nosotros formemos una comunidad (común-unidad) universitaria nos obliga a la organización y a la posterior conversación con los otros estamentos que coexisten en el mismo espacio común.

Para finalizar, quiero resaltar que la universidad (como concepto) es una instancia netamente democrática, la cual requiere de nuestro empeño pero también de nuestra responsabilidad, el romper con la inercia y el individualismo propio de nuestra era es un proceso difícil, requiere de muchas voluntades y de muchas convicciones, espero con esperanza que más temprano que tarde seamos capaces de asumir este desafío de convertir a nuestros campus en espacios libres y democráticamente propios.


Nota: Joaquín Bustamante es ex estudiante de la Universidad Católica de Temuco en la carrera de Pedagogía General Básica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las instancias se están creando, nos estamos comenzando a organizar, a pesar de que no pueda haber federación, y solo pueda existir el centro de alumnos.
El asunto es: ¿lo estamos haciendo solo por conseguir la acreditación? espero que no, y si es así, hay que trabajar para que esto no ocurra, tanto proceso acelerado en pro de la acreditación me gusta sólo si es para continuarlo realmente y no en función del estátus.
Consuelo, alumna Curicó.