domingo, 21 de octubre de 2007

Poesía: "ENTRE TUS ÁRBOLES..." y otros


Marcela Menares Duque
Pedagogía en Lenguaje y Comunicación, Campus San Fernando
Colectivo Queridas Mías Producciones



Entre tus árboles...

Entre tus árboles
me refugio del frío invierno
que cala mis huesos
y congela mi cara.

El rocío del amanecer despierta al sueño,
sueño del que no queremos despertar
nos hace volver a la realidad
tu mirada se clava en mi alma
como dos puñales en el corazón ya herido.

El tiempo pasa por delante de nuestros ojos
así como pasan las bandadas de pájaros
por encima de nuestras cabezas.

La alegría se irá contigo
a la ciudad oscura y fría,
a la ciudad olvidada por el sol,
querida por un eterno invierno.

Ahora
me abrazo a tu recuerdo
para entibiar mi alma,
como cuando tú
te abrazabas al tiempo
para que no pasara.


El Frío del Otoño

Mi abuelo tiene una voz profunda, aprendida del tiempo.
El campo está solo, tembloroso. Y él lo mira.
Jorge Teillier.


El frío del otoño se ha instalado en tu casa
el viento agita los árboles, te llama,
no hay respuesta.
La tierra todavía llora,
no siente tus pasos.
En el potrero
los caballos se inquietan
al ver que no llegas.
Te busco
para pedirte que regreses,
para que traigas la tranquilidad que anhelo,
para que termines lo inconcluso,
aquello que nadie resuelve,
y calmes las almas que quedan,
o tan sólo
para que me des un abrazo
y me digas que todo pasará.
Me cuesta darme cuenta
de que ya nada será igual,
ha caído el pilar
se desplomó la mitad de la casa
y los albañiles parecen ciegos.
En el campo sólo se escucha la voz del viento,
no deja de llamarte,
te reclama que vuelvas a tu lugar,
te dice que echarán abajo lo poco que queda
que no les importan
tu cara, tus manos heridas por el viento,
una espalda acabada por tantos esfuerzos.
La soledad es parte de nosotros,
ya es habitual verla vagar
en lo que alguna vez fue tuyo.


Envidias...

Envidias enroscadas
destrozan la calma,
y relámpagos furiosos
encienden las llamas de la ira.

Aquellos Seres tienen cólera,
y bufan para espantar;
quieren vomitar,
vomitar la mierda que les hierve,
mierda que los enrabia,
pero no pueden,
se tragan su propio vómito,
ya que les da vergüenza y miedo la reacción de los demás.

Sólo son animales cobardes
que no miran a la cara
y se ocultan detrás de sus apariencias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantó el poema "envidias" reflejo de casi toda una sociedad.
Consuelo, alumna de Lenguaje, Curicó.